Parque Nacional Nixcongo y Santo Desierto del Carmen
Donde la naturaleza abraza el silencio
En lo alto de las montañas que rodean Tenancingo, se encuentra uno de los espacios más
asombrosos del Estado de México: el Parque Nacional Nixcongo y el Santo Desierto del
Carmen. Juntos conforman un territorio sagrado, donde la belleza natural y la espiritualidad
conviven en perfecta armonía.
El Parque Nacional Nixcongo es un paraíso de niebla, bosque y senderos infinitos. Ideal para
quienes buscan aventura, caminatas entre pinos, ciclismo de montaña o simplemente un
respiro profundo de aire puro. Su biodiversidad, paisajes y tranquilidad lo convierten en un
refugio inigualable para el alma y el cuerpo.
Y en medio del bosque, como un tesoro escondido, se levanta el Santo Desierto del Carmen,
un antiguo convento carmelita fundado en el siglo XVIII. Rodeado por el silencio del bosque y
la solemnidad de su arquitectura, es un lugar que invita a la contemplación, a la oración o a
simplemente dejarse envolver por su paz inquebrantable.
Un imperdible para quienes buscan reconectar con la naturaleza, con la historia… y con uno
mismo.
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